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Bienestar Integral

Somos energía vibrando con el Universo.

En el universo todo es energía moviéndose todo el tiempo. Si todo en el universo es energía y nosotros somos parte del universo, entonces, nosotros también somos energía.

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En el universo todo es energía moviéndose todo el tiempo. Si todo en el universo es energía y nosotros somos parte del universo, entonces, nosotros también somos energía. Lo interesante es saber si nuestra energía está vibrando en armonía con el universo o no.

¿Y por qué sería esto importante?

Porque si tenemos la energía correcta vamos a atraer a las personas, las cosas y los resultados que queremos. He aquí la importancia de tener una vibración energética correcta para estar conectados con las leyes del universo.

No importa si se conocen o no las leyes del universo, no importa si se entienden o no, si se cree en ellas o no; siempre están aplicándose. Lo mismo pasaba antes que se conociera, entendiera o creyera en la ley de la gravedad, estuvo allí aplicándose todo el tiempo.

Entonces, ¿nuestra energía atrae o repele a las personas que queremos? ¿Atrae o repele los resultados que deseamos?

Para quienes puedan cuestionar si somos energía o no, planteo lo siguiente: ¿Les ha caído tan bien una persona que acaban de conocer y que no saben porqué, pero les gusta estar en su compañía y lo único que piensan es que “tiene buena vibra”. O por el contrario; alguien que sin conocer, ni siquiera haber cruzado palabras con el/ella y sienten que “tiene mala vibra”? ¿Qué es esa “buena o mala vibra” sino su carga energética?

Por la calidad de nuestras relaciones y los demás resultados en todas las áreas de nuestra vida, es sumamente importante que evaluemos y de ser necesario, modifiquemos nuestra vibración energética, para que esté en armonía con el universo y atraiga lo que deseamos. Por esto y otras razones más, soy creyente que somos seres espirituales viviendo una experiencia física, porque nuestra vida y resultados dependen más allá que sólo lo tangible.

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Bienestar Integral

Danza y movimiento: una terapia para tratar ansiedad, depresión y heridas psicológicas profundas

Nuestras investigaciones y las de otros demuestran que la terapia de danza y movimiento puede reforzar el sentimiento de autoestima de los niños; además, puede mejorar su capacidad para regular sus emociones y reacciones y capacitarlos para superar los obstáculos.

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La terapia de la danza y el movimiento ofrece un enfoque de mente-cuerpo para el tratamiento de la salud mental. David Dalton, CC BY-ND

Lana Ruvolo Grasser, candidata al doctorado y becaria de investigación de posgrado, Wayne State University
The Conversation

Hace unos años, enmarcados en el horizonte de Detroit, un grupo de unos 15 niños reasentados como refugiados de Oriente Medio y África saltaban y giraban agitando serpentinas azules, rosas y blancas en el aire.

La cautivadora escena era poderosamente simbólica. Cada serpentina contenía un pensamiento, un sentimiento o un recuerdo negativo que los niños habían escrito en ellas. Al unísono, los niños soltaron sus banderolas en el aire y se sentaron cerca de ellas. Luego recogieron las serpentinas caídas, que llevaban sus luchas y dificultades colectivas, las arrojaron a un cubo de basura y se despidieron con la mano.

Los niños participaban en una actividad de danzaterapia; era parte del programa de investigación de nuestro equipo que explora enfoques basados en el cuerpo para el tratamiento de la salud mental en personas reasentadas como refugiados.

En 2017, nuestro laboratorio -la Clínica de Investigación del Estrés, el Trauma y la Ansiedad- comenzó a pilotar terapias de movimiento para ayudar a abordar el trauma en las familias de refugiados. Estamos aprendiendo que el movimiento, además de proporcionar una forma de expresarse, también ofrece un camino hacia la curación. Y que también otorga estrategias de por vida para manejar el estrés.

Cada año, una media de 60.000 niños son reasentados como refugiados en países occidentales. Ahora, la crisis de refugiados derivada de la retirada de Estados Unidos de Afganistán está haciendo que se preste una atención renovada a sus necesidades.

La Agencia de la ONU para los Refugiados calcula que 6 millones de afganos se han visto desplazados en los últimos 40 años. Y una nueva oleada de decenas de miles huye ahora del régimen talibán.

Soy una neurocientífica especializada en comprender cómo el trauma reconfigura el sistema nervioso de los jóvenes en desarrollo. Utilizo esta información para explorar las artes creativas y las terapias basadas en el movimiento para tratar el estrés y la ansiedad. El instinto de mover el cuerpo de forma expresiva es tan antiguo como la humanidad. Pero las estrategias basadas en el movimiento, como la danzaterapia, sólo han recibido recientemente mucha atención en los círculos de tratamiento de la salud mental.

Como bailarina, la expresión emocional no verbal que ofrece el movimiento siempre me ha parecido increíblemente terapéutica; sobre todo cuando sufría mucha ansiedad y depresión en el instituto y la universidad. Ahora, gracias a mi investigación en neurociencia, me uno a un número cada vez mayor de estudiosos que trabajan para reforzar la base de pruebas que apoyan las intervenciones basadas en el movimiento.

Una mente y un cuerpo

Durante la pandemia de COVID-19, la incidencia de la ansiedad y la depresión se duplicó en los jóvenes. Como resultado, muchas personas están buscando nuevas formas de afrontar y manejar la confusión emocional.

Pandemia, conflictos en todo el mundo, así como el cambio climático y las catástrofes naturales, han contribuido a la creciente crisis mundial de refugiados. Esto exige recursos para el reasentamiento, la educación y la ocupación, la salud física y, lo que es más importante, la salud mental.

Las intervenciones que ofrecen componentes de actividad física y creatividad en un momento en el que los niños y las personas de todas las edades suelen ser sedentarios y con un enriquecimiento ambiental reducido pueden ser beneficiosas durante la pandemia y después. Las intervenciones basadas en las artes creativas y el movimiento pueden ser adecuadas para abordar no sólo los aspectos emocionales sino también los físicos de la enfermedad mental, como el dolor y la fatiga. Estos factores a menudo contribuyen a la angustia y la disfunción significativas que llevan a los individuos a buscar atención.

¿Por qué la danza y la terapia de movimiento?

Se sabe que el movimiento corporal en sí mismo tiene una multitud de beneficios, como la reducción del estrés percibido, la disminución de la inflamación en el cuerpo e incluso la promoción de la salud del cerebro. De hecho, los investigadores saben que la mayor parte de nuestra comunicación diaria es no verbal; y saben que los recuerdos traumáticos se codifican, o se almacenan, en partes no verbales del cerebro. También sabemos que el estrés y el trauma viven en el cuerpo. Así que tiene sentido que, a través de prácticas guiadas, se pueda aprovechar el movimiento para contar historias, encarnar y liberar emociones y ayudar a las personas a “avanzar”.

Las sesiones de danza y terapia del movimiento hacen hincapié en el fomento de la creatividad y la adaptabilidad para ayudar a las personas a desarrollar una mayor flexibilidad cognitiva, autorregulación y autodirección. Esto es especialmente importante porque las investigaciones demuestran que las experiencias de los primeros años de vida y la forma en que los niños aprenden a afrontarlas pueden tener un impacto duradero en su salud hasta la edad adulta.

Estamos descubriendo que la terapia de danza y movimiento y otros programas de salud conductual de grupo pueden ayudar a llenar importantes lagunas. Por ejemplo, estas estrategias pueden utilizarse en combinación con los servicios que la gente ya está recibiendo. Y pueden ofrecer una opción accesible y asequible en entornos escolares y comunitarios. La terapia de danza y movimiento también puede inculcar habilidades de afrontamiento y técnicas de relajación que, una vez aprendidas, pueden durar toda la vida.

Pero, ¿funciona?

Nuestras investigaciones y las de otros demuestran que la terapia de danza y movimiento puede reforzar el sentimiento de autoestima de los niños; además, puede mejorar su capacidad para regular sus emociones y reacciones y capacitarlos para superar los obstáculos.

Al igual que el yoga y la meditación, la danza y la terapia de movimiento se centran en la respiración profunda a través del diafragma. Este movimiento respiratorio intencionado empuja y activa físicamente el nervio vago, que es un gran nervio que coordina una serie de procesos biológicos en el cuerpo. Cuando trabajo con niños, llamo a esta forma de respiración y activación del nervio su “superpoder”. Cuando necesitan calmarse, pueden respirar profundamente y, al activar el nervio vago, pueden llevar su cuerpo a un estado más tranquilo y menos reactivo.

Un análisis de 23 estudios de investigación clínica indicó que la terapia de danza y movimiento puede ser un método eficaz y adecuado para pacientes infantiles, adultos y ancianos que experimentan una amplia gama de síntomas, incluidos los pacientes psiquiátricos y los que padecen trastornos del desarrollo. Y tanto en el caso de los individuos sanos como en el de los pacientes, los autores concluyeron que la terapia de danza y movimiento era más eficaz para reducir la gravedad de la ansiedad en comparación con otros síntomas. Las investigaciones de nuestro equipo también han demostrado los beneficios de la terapia de danza y movimiento para reducir los síntomas del trastorno de estrés postraumático y la ansiedad en los jóvenes que se reasientan como refugiados.

Hemos ampliado estos programas y los hemos llevado al aula virtual para seis escuelas de la región metropolitana de Detroit durante la pandemia.

Quizá la prueba más prometedora de la terapia de la danza y el movimiento no sea, como dice el refrán, lo que los ojos no ven. En este caso, es lo que los ojos pueden ver: los niños soltando sus serpentinas, sus emociones y recuerdos negativos, despidiéndose de ellos y mirando hacia adelante, hacia un nuevo día.
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He estudiado a personas que piensan que el ocio es pérdida de tiempo. Esto es lo que encontré

¿Cómo puede influir esta actitud en el bienestar de las personas? ¿Y son algunas culturas más propensas que otras a promover esta creencia?

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Photo by Anna Tarazevich from Pexels

Selin Malkoc
Profesora Asociada de Marketing, Universidad Estatal de Ohio
The Conversation

La primera vez que llevé a mi ahora marido a Turquía, intenté prepararme para cualquier cosa que pudiera salir mal: retrasos en los vuelos, dificultades con el idioma, problemas de digestión.

Pero no estaba preparada cuando, al entrar en un precioso club de playa en la costa del Egeo, él refunfuñó: “¿Qué vamos a hacer?”.

“¿Qué quieres decir?” le dije. “Tumbarse, disfrutar del sol y del mar”.

“Pero, ¿y las cosas que hay que hacer: voleibol de playa, frisbees, deportes acuáticos?”. “No hay nada de eso. Sólo estamos aquí para relajarnos”.

Esta fue la primera vez que percibí nuestras diferencias culturales. Él es americano y yo turca. Él necesitaba “hacer cosas”. Yo quería relajarme. Con el paso de los años, él mejoró su capacidad de relajación, más turca, por así decirlo.

Pero empecé a notar todas las formas en que el imperativo de “hacer cosas” seguía marchando en Estados Unidos.

Se transformó y migró en eslóganes concisos como YOLO – “sólo se vive una vez”- y “rise and grind”. Lo vi en la forma en que la gente se jactaba de lo ocupada que estaba, como si fuera una insignia de honor. Y me di cuenta de ello en el aumento de la “cultura del ajetreo”, o el impulso colectivo de hacer lo máximo posible en el menor tiempo posible, sin perder de vista la siguiente oportunidad.

En todo ello subyace la creencia de que descansar o relajarse es una pérdida de tiempo.

Me pregunté: ¿Cómo pueden influir estas actitudes en el bienestar de las personas? ¿Y son algunas culturas más propensas que otras a promover estas creencias?

Arruinar toda la diversión

En una serie de nuevos estudios que realicé con mis colegas profesores de marketing Gabbie Tonietto, Rebecca Reczek y Mike Norton, intentamos encontrar algunas respuestas.

En un estudio, 141 estudiantes universitarios participaron en nuestro laboratorio de comportamiento de la Universidad Estatal de Ohio. Llegaron para completar una serie de encuestas en las que les preguntamos hasta qué punto estaban de acuerdo con ciertas afirmaciones – “El tiempo dedicado a actividades de ocio suele ser tiempo perdido”, “La mayoría de las actividades de ocio son una forma de quemar tiempo”- que medían si apoyaban la idea de que el ocio no tiene sentido.

Durante estos estudios, por lo demás monótonos y tediosos, los participantes vieron cuatro vídeos divertidos y populares de YouTube que fueron calificados como entretenidos por un conjunto diferente de participantes. Después de ver los cuatro vídeos, los participantes indicaron cuánto los habían disfrutado.

Descubrimos que los participantes que creían que el ocio era un derroche no disfrutaban tanto de los vídeos.

En un estudio de seguimiento, pedimos a los participantes que indicaran cuánto disfrutaban realizando una serie de experiencias de ocio: algunas activas, como hacer ejercicio, y otras pasivas, como ver la televisión. Otras eran sociales, como salir con los amigos, o solitarias, como meditar.

Descubrimos que los que consideraban el ocio como un derroche tendían a disfrutar menos de todos los tipos de actividades. Además, estas personas tenían más probabilidades de estar estresadas, ansiosas y deprimidas.

Una actitud de la que es difícil desprenderse

En otro estudio, queríamos ver hasta qué punto se trataba de un fenómeno exclusivamente estadounidense. Así que reclutamos a participantes de Francia, EE.UU. e India, países elegidos por ser bajos, medios y altos, respectivamente, en la dimensión de indulgencia industrial de Hofstede, que capta hasta qué punto una determinada cultura está orientada al trabajo y valora la autosuficiencia.

Les pedimos que indicaran el grado en que estaban de acuerdo con la idea de que el ocio es un derroche. En consonancia con los estereotipos predominantes, había muchos menos participantes franceses que creían que el ocio era un despilfarro en comparación con los estadounidenses y, sobre todo, con los indios.

Pero los franceses que tenían una visión negativa del ocio tenían la misma probabilidad de estar estresados, ansiosos y deprimidos que sus homólogos estadounidenses e indios. Así pues, aunque los estadounidenses y los indios crean más fácilmente que el ocio es un despilfarro, las consecuencias de mantener esta creencia son universales.

La pandemia de COVID-19 ha tenido un efecto pronunciado en la forma en que vivimos, trabajamos y socializamos. Durante este periodo, muchas personas han dado un paso atrás y han reevaluado sus prioridades.

Nos preguntamos si la actitud de la gente hacia el ocio había cambiado. Como teníamos datos de estudios anteriores y posteriores a la pandemia, pudimos comparar ambos.

Para nuestra sorpresa, no encontramos ninguna prueba de que estas creencias disminuyeran después de la pandemia.

Para nosotros, esto reveló lo arraigada que puede estar la creencia de que el ocio es un derroche.

Otro estudio lo confirmó. En éste, los participantes leyeron un artículo que hablaba de la eficacia de las cafeteras o describía el ocio de una de las tres formas posibles: derrochador, improductivo o productivo. A continuación, los participantes jugaron al videojuego Tetris durante cinco minutos y nos contaron lo agradable que les resultó. Descubrimos que los que leyeron un artículo que describía el ocio como derrochador e improductivo no disfrutaron tanto del juego como los que leyeron que el ocio era productivo o leyeron sobre cafeteras.

Sin embargo, describir el ocio como productivo no aumentó el disfrute más allá de sus niveles de referencia. Así que parece que enmarcar el ocio como productivo -por ejemplo, como una buena forma de controlar el estrés o de recargar las pilas- no aumenta el disfrute del ocio.

No todo el ocio es igual

En los estudios que he descrito anteriormente, nos centramos exclusivamente en lo que los psicólogos denominan “ocio terminal”, es decir, el ocio que se lleva a cabo exclusivamente para disfrutar.

Esto difiere del “ocio instrumental”, es decir, el ocio que puede servir a un propósito mayor, como hacer amigos o mantenerse sano, y que por lo tanto se siente más productivo.

Así que exploramos si las actitudes negativas hacia el ocio serían menos perjudiciales para las actividades de ocio instrumental.

En 2019, el lunes después de Halloween, pedimos a los participantes que recordaran lo que habían hecho y nos dijeran cuánto lo habían disfrutado. Encontramos que la creencia de que el ocio era un despilfarro era particularmente perjudicial para el disfrute de actividades terminales como ir a una fiesta. En cambio, aumentaba el disfrute de las actividades instrumentales, como llevar a los niños a pedir dulces, lo que podría considerarse una experiencia de unión.

¿La buena noticia? Que una actividad concreta sea ocio terminal o instrumental es relativo y depende de la persona y de la situación. Por ejemplo, la gente puede hacer ejercicio por diversión (una motivación terminal) o para perder peso (una motivación instrumental). El marco siempre puede cambiarse.

Puede que no sea fácil cambiar lo que se cree sobre el ocio. Pero al replantear las actividades de ocio como instrumentales, es de esperar que más personas puedan obtener sus verdaderos beneficios: satisfacción, recuperación, mejora de la salud mental y, sí, relajarse en la playa por el mero hecho de hacerlo.

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¿Puede el cannabis ayudarte a perder peso? ¿Cómo?

Con mucha gente probando las últimas tendencias y modas dietéticas disponibles, ha habido un gran revuelo en torno al uso del cannabis y su papel en la pérdida de peso.

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La obesidad es un problema creciente en muchas partes del mundo. Afecciones como la hipertensión arterial y la diabetes de tipo 2 están estrechamente relacionadas con el sobrepeso o la obesidad. Con mucha gente probando las últimas tendencias y modas dietéticas disponibles, ha habido un gran revuelo en torno al uso del cannabis y su papel en la pérdida de peso. Cuando la mayoría de la gente piensa en la marihuana, automáticamente piensa en el ¨hambre”.

Para los profesionales ocupados que trabajan o para aquellos que no pueden salir de casa debido a una condición física, la obtención de su tarjeta de marihuana medicinal en línea tiene mucho sentido. El consumo de cannabis es legal en muchos estados de los Estados Unidos y en algunos pocos países. En esos sitios, puedes obtener la tarjeta sin esfuerzo para comprar la mercancía desde casa, utilizando un ordenador o un dispositivo móvil. Puede que te preguntes cómo podrías perder peso utilizando la marihuana medicinal cuando te dan ganas de picar constantemente. Afortunadamente, hay razones por las que el consumo de cannabis puede ayudarte a deshacerte de esos kilos de más.

Reducción del estrés

El estrés es un conocido delincuente cuando se trata de acumular kilos. No sólo es más probable que eches mano del refrigerador cuando te sientes abrumado, sino que el estrés puede aumentar los niveles de cortisol en el cuerpo. El cortisol puede aumentar la cantidad de grasa que se almacena, especialmente alrededor de la sección media. Al reducir el estrés con el uso de cannabis, será menos probable que te des un atracón y los niveles de cortisol se estabilizarán.

Aumento de la movilidad

Muchas personas utilizan el cannabis para aliviar el dolor y la inflamación. Esto permite que el individuo se mueva más libremente, por lo que es más probable que se levante y haga ejercicio porque su dolor crónico se ha controlado lo suficiente. A aquellos que están atados a sus casas debido a las articulaciones adoloridas, el dolor de la fibromialgia y la esclerosis múltiple, el cannabis puede ayudarles a recuperar su vida.

Eliminación del abuso del alcohol

Los adictos al alcohol han descubierto que el consumo de marihuana les ayuda a frenar sus hábitos poco saludables. Dado que la mayoría de las bebidas alcohólicas contienen un elevado número de calorías, tiene sentido que reducir o eliminar el alcohol de tu dieta pueda reducir el número de calorías que consumes al día. La pérdida de peso tiene que ver con las calorías que se ingieren frente a las que se eliminan, por lo que restringir el número que se consume en un día determinado puede ayudarte a perder peso de forma regular.

Mejora del sueño

El insomnio afecta a millones de personas en todo el mundo. Además, es el principal trastorno relacionado con el sueño. Al no dormir lo suficiente, es probable que empieces a engordar. Esto suele ser el resultado de la fluctuación de los niveles hormonales y la probabilidad de picar y comer durante la noche. La marihuana puede ayudar a relajarte lo suficiente como para que duermas de forma reparadora. Debido a ello, es probable que experimentes menos episodios de insomnio, de modo que te sientas mejor cuando estés despierto.

Incremento del metabolismo

La marihuana interactúa con un receptor conocido como receptor cannabinoide tipo uno. Este receptor juega un papel importante en el metabolismo, que controla la cantidad de energía que quemas a lo largo del día. Al aumentar el metabolismo, es más que probable que quemes calorías a un ritmo más rápido, lo que lleva a la pérdida de peso y a un físico más delgado.

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